Hoja de datos: El gran fraude comercial del agua embotellada

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Cinco razones para Tomar del grifo
➊ Una huella ambiental enorme

El esfuerzo de relaciones públicas que hace alarde de la pureza y beneficios de salud del agua embotellada oculta una huella ambiental enorme. Se usaron más de 82 millones de barriles de petróleo para fabricar las 4 mil millones de libras de plástico usadas para crear las botellas de plástico que se vendieron en los Estados Unidos en el 2016. La mayoría de esas botellas terminaron en vertederos, como basura en la calle o incineradas. Además, las compañías de agua embotellada lucran extrayendo nuestra agua subterránea, agotando los abastos de agua y ecosistemas locales.
➋ Costo: El agua embotellada es más costosa que la gasolina
El agua embotellada se vendía anteriormente como agua de manantial natural, pero hoy día la mayoría es agua filtrada del grifo que llega del servicio de agua municipal. La industria del agua embotellada promueve la pureza de sus productos usando descripciones ambiguas que evaden las preguntas sobre el origen del agua.
En solo cinco años, la proporción de agua embotellada proveniente del servicio de agua municipal aumentó de poco más de la mitad (51.8 por ciento) en el 2009 a casi dos terceras partes (casi 64 por ciento) en el 2014.
➌ Seguridad: El agua embotellada no es mejor
El gobierno federal exige un monitoreo de seguridad más riguroso del agua de los servicios municipales que para el agua embotellada. El agua embotellada, en muchos casos, puede ser hasta menos segura que el agua del grifo.
Entre el 2002 y el 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos inició 35 retiros del mercado de agua embotellada. Esto representa un promedio de más de 2 al año, y las razones variaron desde contaminación con sustancias peligrosas, tales como bromato y arsénico (que puede aumentar el riesgo de cáncer), hasta la presencia de E. coli, hongos, pedazos de plástico y alérgenos de la leche.
➍ Mercadeo abusivo: Dirigido a mujeres, personas de color e inmigrantes
Las compañías de agua embotellada han afinado sus estrategias de mercadeo dirigiéndose a los grupos de menores ingresos, las personas de color y las comunidades inmigrantes en los Estados Unidos, especialmente a las madres latinas, los niños y las mujeres en general.
Los padres latinos y afroamericanos son más propensos a comprar agua embotellada que los padres de raza blanca, y están gastando más dinero en agua embotellada principalmente por sus aparentes beneficios de salud. La industria también se dirige específicamente a los inmigrantes latinos, a pesar de admitir que el agua del grifo es mucho más barata y por lo general más segura, en parte aprovechándose de la “tradición cultural” de los inmigrantes de venir de lugares donde hay menos acceso a agua potable limpia. Nestlé se esfuerza grandemente para promover su marca Pure Life entre su público objetivo de inmigrantes latinoamericanos recientes, particularmente las madres.
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➎ Energía sucia: Plásticos, energía y fractura hidráulica
Producir miles de millones de botellas de plástico al año.toma mucha energía y combustibles fósiles, en su mayoría del gas extraído por fractura hidráulica. El agua embotellada requiere una intensidad de energía de 1,100 a 2,000 veces mayor que la requerida para el tratamiento y distribución del agua del grifo. El consumo de agua embotellada en EE.UU. en el 2016 usó una cantidad de energía equivalente a 64 millones de barriles de petróleo. Eso equivale a las emisiones anuales de gases de invernadero para casi 2.5 millones de automóviles, casi 11.5 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono.
¿Cuál es el próximo paso?
Nuestros sistemas públicos de agua potable necesitan desesperadamente una inversión federal, pero el financiamiento federal para los sistemas de agua y alcantarillado está en descenso. El depender del agua embotellada puede hacer que la gente se incline menos por apoyar la inversión pública en los sistemas de agua municipales.
Si bien cada vez más es la aceptación de la necesidad de invertir en la decadente infraestructura de los servicios de agua de los Estados Unidos, no queda claro cómo financiarla. Los planes que dependen de la privatización incluyendo colaboraciones público-privadas, tales como las que propone la administración de Trump, no son aceptables.
Dar el control de nuestros sistemas de agua a empresas privadas ocasionará un alza en las tarifas, la pérdida de empleos, la falta de transparencia y un mal servicio. El Congreso debe dedicar fondos a largo plazo para arreglar la infraestructura de nuestro sistema de agua potable y agua residual para que las comunidades en todos los Estados Unidos puedan lograr ofrecer agua potable limpia, segura y económica.